Imagina que vas tarde para tu trabajo, vas caminando, empieza a llover, te mojas, no consigues transporte, te espera una reunión y encuentras en una parada de bus un letrero que dice: sonríe, la vida es maravillosa; Probablemente te enojes aún más.
Aunque en medio del caos el entorno quiera que veas la parte positiva de todo, esto puede resultar frustrante para ti. El punto del pensamiento positivo no es que pase lo que pase todo te parezca color de rosa, lo que en realidad nos enseña es que la vida no es buena o tú eres feliz sólo porque todo sale exactamente como tú quieres, es feliz cuando tú decides que lo sea. La felicidad no es una consecuencia de los sucesos externos, sino una decisión diaria y personal.
Como dice la famosa ley de Murhp: dice que si algo puede salir mal probablemente saldrá mal, pero también funciona en el otro sentido, si algo puede salir bien probablemente saldrá bien.
Esto aplica para eventos y para emociones. Todo depende de tu actitud.
No es un secreto que todos los días hay tareas, situaciones retadoras y procesos por resolver… siempre te podrás encontrar con noticias confrontadoras, actos aparentemente injustos e historias tristes. Todo va a seguir ahí, quien cambia la forma de vivir con todo eso eres tú.
Una de las afirmaciones más demostradas en la psicología es que NO VEMOS LAS COSAS COMO SON, LAS VEMOS COMO SOMOS. La realidad es la sumatoria de todo lo que ocurre afuera, y al final toma forma a la luz de nuestros pensamientos. Son nuestros pensamientos y creencias lo que le dan el significado a los sucesos y los clasifican como buenos, malos, positivos, negativos, justos o injustos.
"Nuestros pensamientos definen nuestro estado de ánimo independientemente de lo que ocurre en el exterior, y nuestros estados de animo recurrentes definen nuestra salud, nuestros comportamientos, nuestras decisiones, nuestros resultados y finalmente, nuestra vida".
Todos los días podemos tomar la decisión del lado del que vamos a ver lo que ocurra, con pensamientos positivos o negativos. No se trata que sólo el pensamiento cambie la situación externa como tal, pero lo que sí ocurre es que si algo difícil ocurre, el negativo se convence de que todo saldrá mal, siempre encontrará más detalles negativos que lo llevarán a empeorar su estado de ánimo, no encontrará recursos, se sentirá incapaz, se rendirá y se sumirá en la inacción.
Por otro lado, el que cultiva su pensamiento positivo, se convence que con trabajo y esfuerzo todo es posible, que en cada adversidad hay oportunidad, podrá reconocer los detalles positivos que son los que le van abriendo el camino a las posibilidades y lo acercan a los recursos para solucionar lo que esté pasando.
Si vives en estado positivo, en estado de gratitud, estás empoderado, con tu energía alta y tu confianza fortalecida, verás que todo es posible y trabajarás para hacerlo realidad porque realmente te CREES capaz. Creo que es más que obvio que las dos personas tendrán resultados diferentes, la situación externa sigue siendo la misma pero uno de los dos es más eficiente en su solución y definitivamente, sufre menos.
Así, podemos tomar el control sobre nuestras emociones para que nuestro estado de ánimo no esté a la deriva, y cuando tenemos nuestras reacciones bajo control nos creemos capaces. El pensamiento positivo se centra en eso, no en que digas que eres capaz, si no en que lo CREAS.
¿Cómo practicamos el pensamiento positivo?
Hoy te quiero compartir 6 practicas para centrarte en los días o momentos que tu mente te quiera centrar en la parte negativa:
1. Mantén tu energía vital alta: cuando nuestros niveles de energía están altos, es más fácil gestionar nuestras emociones, controlar nuestras reacciones y tenemos más claridad mental para encontrar soluciones. Qué eleva tu energía?
Ejercicio: muévete de la forma que sea, baila, corre, camina, haz yoga, sube escalas, cualquiera sirve.
Escucha música que te emocione
Elige una película de comedia, nada para nuestra energía como reír a carcajadas
Conéctate con la naturaleza, quítate los zapatos y pon los pies en la tierra
La meditación eleva nuestra energía
2. Trabaja en tu autoestima: la imagen que tienes de ti mismo cuando es muy positiva nos da una gran seguridad y te empodera para el logro.
Recuerda tus habilidades, valores y capacidades, haz una lista en un minuto y medio de los valores que reconozcas en ti, deberías llegar a 30, sobre esa meta mide que tanto te reconoces, si no terminas la lista pregunta a tu entorno sobre lo que ven en ti y complétala, mantenla visible.
Todos los días aprende algo nuevo: sentir que sabemos algo nuevo nos empodera y la novedad fortalece nuestras conexiones neuronales.
Cambia tu lenguaje: contigo y con los otros. No generalices, no supongas, elimina el peor y el no. Al cabo de una semana notarás la diferencia en tu actitud solo cambiando tu forma de comunicarte.
3. No te enganches: cuando pensamos mucho sobre una situación cada vez vamos a identificar más aspectos negativos porque el instinto busca prepararse siempre para lo peor.
Si estás pensando mucho en algo siéntate a pintar un mándala, centrar tu atención en un objeto durante unos minutos, haz 5 respiraciones profundas y pregúntate qué necesitas.
Cambia de ambiente, llama a alguien que te transmita energía positiva, sal a caminar escuchando música que te active.
4. Practica la gratitud: Cuando estamos en permanente agradecimiento sentimos que tenemos mucho, esto nos da inconscientemente seguridad de tener lo necesario y más para vivir lo que sea, ademas te fortalece la capacidad de ver los detalles positivos en medio de la tormenta, de encontrar los aprendizajes.
Todos los días en la noche escribe mínimo 1 cosa por la que estás agradecido, o lo mejor que te paso ese día!
La botella de la gratitud se trata de escribir en un papel una vez a la semana algo por lo que estás agradecido, cuando todo se vea oscuro lee estos papeles. Hazlo en familia y se multiplica el efecto
5. Practica la consciencia plena: observa en el día tus pensamientos predominantes, escribe cada que detectes uno negativo, escríbelo, sácalo de tu sistema. Al identificarlos no solo pierden poder sino que puedes reprogramarlos.
6. Práctica la meditación: define el YO que quieres ser, visualízalo, conviértelo en una imagen muy nítida. Dedica unos minutos al día a respirar, visualizar esta imagen y sentir una profunda emoción de gratitud y felicidad porque ya es, porque sabes que ya es.
Tenemos cerca de 50.000 pensamientos al día, requiere de esfuerzo y práctica aprender a identificarlos y cambiarlos. Vuélvelo parte de tu rutina y será cada vez más fácil.
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